Y para continuar con esta temática del tiempo, les voy entregar hoy con esta otra botella, otro cuento que nombré: "EL RELOJ".
Mientras lo escribía me acordé mucho de un reloj que uno de mis abuelos apreciaba mucho y que ahora debe estar guardado en algún cajón. Era de pulsera, plateado, de malla metálica, fino y robusto a la vez, de fondo verde (cómo el color de uno de sus pares de anteojos), que indicaba día y mes, conteniendo en su interior un balancín, que al giro de la muñeca se daba a si mismo la autonomía de funcionar con eterna precisión, sin otra necesidad de un usuario que estuviese en movimiento.
Mientras lo escribía me acordé mucho de un reloj que uno de mis abuelos apreciaba mucho y que ahora debe estar guardado en algún cajón. Era de pulsera, plateado, de malla metálica, fino y robusto a la vez, de fondo verde (cómo el color de uno de sus pares de anteojos), que indicaba día y mes, conteniendo en su interior un balancín, que al giro de la muñeca se daba a si mismo la autonomía de funcionar con eterna precisión, sin otra necesidad de un usuario que estuviese en movimiento.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¿Qué sentiste?